Había estado de paso en Baena varias veces, pero hasta diciembre de 2022 no hice la primera visita fotográfica. Fue en una actividad del Club Patrimonio, que me habían recomendado unas amigas, y vaya si valió la pena. Empezamos el recorrido en el Yacimiento Arqueológico de Torreparedones, que hacía tiempo quería visitar. Fue un paseo por 5000 años de historia, magistralmente guiado por José Manuel Cano, historiador enamorado de su tierra y excelente comunicador.
Torreparedones
Entramos por la puerta oriental y visitamos las obras de las termas y la ermita mozárabe. Después, el santuario ibero de la diosa Caelestis Juno Lucina, que estuvo repleto de exvotos. Seguimos por el mercado romano, con la imponente casa del panadero, y nos acercamos al foro. Poco quedaba del templo y de la basílica civil, así que nos detuvimos en la curia, que tenía un pequeño patio o atrio con su impluvium, una sala que debió funcionar como erarium, donde estaba el arca ferrata para guardar el dinero, mientras que en el muro opuesto, debía estar el archivo. Por último, subimos al castillo, cuya torre del homenaje, a 580 metros sobre el nivel del mar, era el punto más alto de la Campiña. Desde allí se podían ver casi 30 pueblos.
La Almedina de Baena
Ya de vuelta a Baena, después de comer, subimos hasta la Plaza del Coso o de la Constitución, donde nos había citado José Manuel. Allí nos habló de las esculturas del Judío (Coliblanco y Colinegro), de la de Santo Domingo de Henares, mártir en Tonkín, y de la de Juan Alfonso de Baena, recopilador de textos medievales.
Nos narró la historia del que fuera cuartel de la Guardia Civil (en la actualidad Mesón Casa del Monte) y del Ayuntamiento, con su rico reloj, ya que recibió una haza de tierra como herencia. También nos refirió el uso de «paneras» para llamar a los calabozos que tuvo aquel antiguo pósito en el sótano… la visita seguía amena y cargada de interesantes datos, cuando empezaba a caer la tarde.
Para continuar, subimos al castillo, donde se habían ubicado unos antiestéticos depósitos de agua, y seguimos con otras historias y leyendas. Anocheciendo, entramos en Santa María la Mayor, una iglesia preciosa.
Museo Histórico de Baena
Hicimos una rápida visita al museo, ya que teníamos que regresar a Córdoba para otro asunto. Me perdí las explicaciones, pero al menos tomé algunas fotos de lo que me pareció más interesante (aunque algunas piezas fueran réplicas): ajuares prehistóricos, escultura ibérica (leones y lobas), exvotos y las monumentales esculturas romanas.
Al marcharnos, pasamos de nuevo por la hermosa plaza iluminada, donde nos despedimos del ilustre Juan Alfonso de Baena.
Vuelta a Baena
Unos días después, el 8 de diciembre, volvimos a Baena para comer con unos amigos. El día estaba gris y una borrasca descargaba a ratos; aún así, hice algunas fotos con el móvil. Entramos en la iglesia de Guadalupe, que estaba ya cerrando; después fuimos al restaurante Vise, donde comimos estupendamente. Por último tomamos café en el Casino; aprovechando una clarita, di una vuelta por los alrededores del Coso, pero la tarde no estaba para muchos paseos, así que regresamos a Córdoba.