Viajamos a México en las navidades de 2012, acompañados por Mariló y Baltasar, en un circuito que contratamos en Viajes Palmasur. Volamos desde Madrid en la madrugada del día de Nochebuena, amanecimos en México D.F. y nos alojamos en el hotel Meliá Reforma.
México D.F. , 24 de diciembre
Aunque habíamos dormido muy poco a bordo, salimos a conocer el centro de la capital, que teníamos muy cerca. Paseamos hasta el Zócalo, entramos en algunas iglesias, curioseamos las tiendas y le fuimos tomando el pulso a la ciudad. También visitamos la Catedral Metropolitana y subimos a las torres y cubiertas. Después, comimos en un bar y regresamos al hotel.
México D.F. , 25 de diciembre
El día de Navidad hicimos una visita panorámica. Empezamos en el Zócalo y la Catedral, que ya conocíamos del día anterior. Paseamos por las ruinas del primitivo Tenochtitlan y fuimos al Palacio Nacional, para ver los murales de Diego Rivera. Después, bajando por el Paseo de la Reforma, nos dejaron en el Museo Nacional de Antropología. Por la ventanilla hice unas fotos del Ángel de la Independencia, uno de los iconos de Ciudad de México.
El Museo Nacional de Antropología
Era una visita imprescindible estando en México. Exponía una cantidad sorprendente de objetos arqueológicos de todas las épocas prehispánicas. Hicimos un paréntesis para comer y seguimos viendo salas por la tarde. Después nos hubiéramos quedado en el Lago de Chapultepec, pero empezaba a oscurecer y estábamos a cierta distancia del hotel, por lo que volvimos a recorrer, esta vez a pie, el Paseo de la Reforma, hasta el hotel.
Guadalupe y Teotihuacán, 26 de diciembre
Ese miércoles tocó hacer la excursión al noreste del D.F. para visitar Guadalupe y las ruinas de Teotihuacán. La basílica era un hervidero de peregrinos; a la zona arqueológica llegamos a mediodía, con un calor sofocante. La comida fue ya a media tarde, en un autoservicio esquilmado. Cuando volvimos, agotados, solo dimos una vuelta por los alrededores del Meliá.
Querétaro, 27 de diciembre
Empezamos nuestra ruta por las ciudades coloniales, visitando en primer lugar Querétaro, donde llegamos a media mañana. Vimos el acueducto y paseamos por el centro histórico. Entramos en varias iglesias; la del Convento de Santa Clara me encantó. Después comimos en Chucho el Roto, en la Plaza de Armas, y volvimos a la carretera.
San Miguel de Allende, 27 de diciembre
Una hora después estábamos en el Hotel Misión El Molino, en San Miguel de Allende. Dejamos el equipaje y fuimos al centro histórico en un microbús. La ciudad era preciosa, con un ambiente festivo, comercio variado y temperatura fresca, ya que estábamos casi a 2000 m de altitud.
Dolores Hidalgo, 28 de diciembre
Desde un mirador dijimos adiós a San Miguel de Allende y emprendimos el camino a Dolores Hidalgo, cuna de la Independencia Mexicana. Hicimos una breve parada y seguimos hasta el cementerio, para ver la tumba del famoso compositor de rancheras y corridos José Alfredo Jiménez.
Guanajuato, 28 de diciembre
En Guanajuato visitamos en primer lugar la Mina de la Valenciana, de la que se extraía la plata «a lomo de indio». Desde el mirador del Pípila apreciamos los mil colores de esta ciudad; después bajamos al centro en el funicular y comimos en Casa Valadez, una experiencia gastronómica. Por la tarde seguimos conociendo la ciudad; visitamos algunas iglesias, el interior del Teatro Juárez, el concurrido Callejón del Beso, la dulcería La Catrina y el Mercado Hidalgo. Ya era de noche cuando nos recogimos en el Hotel Real de Minas.
San Luis Potosí, 29 de diciembre
Sobre las 8:30 salimos del hotel de Guanajuato y emprendimos camino a San Luis Potosí, que estaba a 200 km, algo más de dos horas de carretera. Esta ciudad tenía mucho que ver, pero la parada fue corta. Vimos las iglesias del Carmen, el Sagrario y la Catedral. Comimos en la Posada del Virrey y volvimos al autobús.
Zacatecas, 29 de diciembre
Recorrimos otros 200 km y llegamos de noche al Hotel Emporio, en pleno centro de Zacatecas. Después de dejar el equipaje salimos a dar una vuelta. Todavía estaba abierta la catedral; muy barroca en el exterior, tenía un retablo moderno. Vimos muchos disfraces, charangas y un cuadro flamenco bastante bueno.
Zacatecas, 30 de diciembre
Estuvimos todo el día por la ciudad y sus alrededores. Nos asomamos a la catedral; era domingo y había misa. Después subimos al Cerro de la Bufa para ver el Monumento a Pancho Villa, un Mausoleo de Hombres Ilustres y el Santuario de la Virgen del Patrocinio. Desde allí fuimos a la mina «El Edén» que recorrimos en un tren turístico. De vuelta al centro, entramos en el mercado un rato y después comimos. Por la tarde, después de la siesta, seguimos pateando la ciudad, hicimos algunas compras —la plata estaba a buen precio— y buscamos por todas partes, sin éxito, unas «gorditas» para cenar.
Tlaquepaque – Guadalajara, 31 de diciembre
Se nos fue la mañana en recorrer los 350 km que había hasta Tlaquepaque, a un paso de Guadalajara. Llovía y la visita fue rápida. Comimos en El Patio, ambientado por un mariachi femenil. Después entramos bajo un diluvio en el centro de Guadalajara, donde estaba nuestro hotel, el Morales.
La cena de Nochevieja fue un tanto peculiar ya que no incluía bebidas; Baltasar y yo tuvimos que salir varias veces a la calle para comprar cervezas en una bodeguilla cercana. Lo mejor fue que nos enfriaron la botella de Maestrante que llevábamos para la ocasión.
De Guadalajara a Morelia, 1 de enero de 2013
Sobre las 9:00 dejamos el hotel y recorrimos el centro de Guadalajara bajo una suave lluvia. Visitamos el Palacio de Gobierno de Jalisco —que tenía un antiguo balazo en el reloj de su fachada, entre las 4 y las 5— , la Catedral Basílica de la Asunción y unas esculturas dedicadas a jaliscienses ilustres. Después volvimos al autobús para recorrer los 250 km que nos separaban de Quiroga.
Quiroga
En Quiroga (Estado de Michoacán) paramos a estirar las piernas y comer. Había un ambiente muy festivo y todas las tiendas estaban abiertas; allí compramos algunas prendas de cuero a buen precio.
Tzintzuntzan
En Tzintzuntzan, antigua capital del Imperio Purépecha, visitamos el convento franciscano de Santa Ana, plateresco y barroco. La tarde estaba plomiza.
Pátzcuaro
En Pátzcuaro solo dimos una vuelta por la zona artesanal; la ciudad era muy interesante, pero ya había anochecido y estábamos cansados.
Morelia
Llegamos muy tarde a Morelia, la antigua Valladolid. El Hotel de la Soledad fue sin duda el mejor de todo el viaje; lástima que solo nos quedáramos una noche.
Morelia, 2 de enero
Estuvimos toda la mañana por el centro histórico de Morelia. Empezamos visitando el Santuario de la Virgen de Guadalupe; seguimos por el Acueducto y el Callejón del Romance. Más tarde entramos en Santa Catalina (Las Monjas), San Francisco —con una exposición de artesanía michoacana— , la Catedral Metropolitana, el Palacio de Gobierno —decorado con murales— , el Colegio de San Nicolás y el Palacio Clavijero.
La comida de despedida la hicimos entre cachivaches en el Restaurante-Museo San Miguelito. Después nos pusimos en camino hacia el D.F. Yo estaba esperanzado en llegar con tiempo para visitar el Museo de Frida Kahlo. No era santa de mi devoción, pero me parecía una descortesía haber visto los murales de su marido y no sus obras. El caso es que la comida se estiró mucho y los atascos en la autopista hicieron el resto. Llegamos por fin a nuestro Meliá, hicimos una cena ligera con platillos locales y después tonteamos un rato con las señales que había en la puerta del hotel.
De vuelta a casa, 3 de enero
La última mañana en México se nos pasó camino al aeropuerto, del que despegamos alrededor del mediodía.