En mis años de maestro en La Puebla, tuve la suerte de coincidir con Paulino González en varias ocasiones. Algunos de mis amigos lo conocían muy bien, por haber sido alumnos suyos o por haberlo tratado con asiduidad. Yo, sin esa ventaja, apenas lo saludaba tímidamente. Poco a poco fui descubriendo su interés por mis fotografías y el trabajo de documentación que estaba desarrollando. Así fue cuajando nuestra relación —diría simbiótica— que culminó con la primera edición en 2007 de esta página web. El texto fue supervisado por Paulino, quien por correo me hizo llegar numerosas correcciones y sugerencias.
Quiero sumar a este homenaje el respeto y admiración que profeso a Paulino González. Ojalá mi modesto trabajo contribuya a difundir su riquísima obra y el amor por su poesía.
Joaquín Conde
La Puebla de los Infantes, 23 de diciembre de 2006
Presentación
Señoras y señores: Por segunda vez el grupo «Amigos de la Poesía” os ofrece un nuevo recital de poemas. En esta ocasión, los poemas pertenecen solamente a un único poeta, nuestro paisano, Don Paulino González Jiménez.
El poeta Paulino González, aquí esta noche entre nosotros, no necesita presentación, ya que su fama y notoriedad de artista son conocidas por todos nosotros.
Ha nacido y vivido aquí gran parte de su vida, ha ejercido aquí la docencia y se ha inspirado aquí para la creación de la mayoría de sus poemas.
Su biografía es sencilla, intensa y muy variada como corresponde a una persona de su valía humana, ya que a sus creaciones literarias hay que sumar las pictóricas y las investigadoras.
Estudia, primero, Magisterio por enseñanza libre y, posteriormente, Filosofía y Letras en la Universidad Hispalense.
Su obra literaria la componen, entre otras, las siguientes:
– ¿Qué quieres ser? Premio “Prima Luce” 1968.
– Alrededor de mí. Accésit al mismo Premio “Prima Luce” 1967.
– Voz del pueblo (Antología de Sevillanas) Sevilla 1991.
– Copla a copla.
– Pretérito imperfecto. Poesía. Sevilla 2003.
– Los papeles perdidos de Isaac del Vando.
– Etc., etc.
A continuación os presentaremos una amplia muestra de sus “Sonetos”, del “Callejero virtual”, de las “Estampas de la Fuente de Vanduro”, del romance “Virgen de las Huertas, toros!” y de algunas de sus muchas y variadas sevillanas que serán recitadas o cantadas por muchas personas o agrupaciones, que han querido sumarse a este acto-homenaje a Paulino González.
Sus composiciones poéticas rezuman por todas partes vivos recuerdos y hondas añoranzas de su vida puebleña, acompañadas siempre de una cierta nostalgia, que se la ofrece la memoria de un pasado, nunca terminado del todo, sino imperfecto.
¿Qué diremos, pues, de sus versos? Más que haciendo lucubraciones literarias sobre la naturaleza de los mismos, dejemos al mismo autor que la defina y aclare:
“Mis versos son tan sólo tretas, trampas (…) para encontrarme yo frente a mí mismo”
“Mis versos no son versos, sino insomnios, preguntas, desencantos, puzzles, sornas, crucigramas, azares, laberintos y juegos de palabras perdidas en recuerdos y en olvidos”.
Bien, señoras y señores, disfrutemos de la belleza de estos poemas y sevillanas, escuchándolos atentamente y, por favor, disculpen, los posibles fallos que podamos tener.
Paulino, sabemos que es una gran osadía querer interpretar, siquiera en una mínima parte, las ideas, sentimientos y emociones que te inspiraron en su día la creación de estos poemas, pero lo que sí podemos asegurarte es que vamos a expresar esta noche los sentimientos y emociones que suscitan en nosotros la lectura, recitado o canto de esos mismos poemas.
Juan Melo López, Presidente del “Grupo Amigos de la Poesía”
La mayoría de los poemas que le vamos a recitar son sonetos. El poeta al hablar de sus primeros sonetos nos dirá que son “sencillos”, “oscuros” y “sin colorido”, de sus endecasílabos afirmará que son “sin brillos” y “música sin presente ni futuro”, para terminar diciendo que “mis primeros sonetos son sólo un intento”, “un juego de colores inocentes”, “eran catorce versos simplemente”.
Para su recitado los hemos dividido en varios bloques o grupos.
Al primero le hemos llamado “Sonetos sobre estampas, costumbres y edificios del pueblo”. Hemos seleccionado los siguientes: Aldeana, Brindis, Cada olivo, Capea, Jueves Santo, Madrugada, Plaza, Río (Retortillo), Prohibido Carnaval , Torre y Vals, que recitarán:
Miguel Castaño, Ana Isabel Melo, Miguel Sáenz, Cristóbal Román, Manuel Jiménez, Mª. Rosa Ariza, José Fernando Castaño, Mª. Isabel Almenara, Lola Almenara, Antonio Manuel Montero y Juan Melo.
Bloque I
Sonetos sobre estampas, costumbres y edificios del pueblo
ALDEANA
Un concierto de esquilas tintinea
en el malva encendido de las calles:
Son las cabras que vienen de los valles
mientras el sol se oculta tras la aldea.
La luna se ha subido a la azotea
salpicando la plaza de detalles.
Los amantes cogidos de los talles
huyen porque la luna no los vea.
En la olvidada fuente suena el chorro
más fuerte sin rumor de lavanderas.
Unos niños allí juegan al corro.
…Y huele a nardo y a melón maduro,
a jazmín, a limón y enredadera
desde el misterio de un zaguán oscuro.
BRINDIS
Se renovó la cal: Maduró el trigo.
Volvieron los ausentes paso a paso
y floreció el reencuentro y el abrazo
con una vieja torre por testigo.
Es hora de beber con los amigos
que vienen a soñar. Llena ese vaso
que hay que brindar mil veces por si acaso
no pueden otra vez brindar conmigo.
…Y luego ya borrachos de ilusiones,
borrachos de amistad, los corazones
abrirán sus ventanas y sus puertas
para gritar borrachos de cariño
el grito que aprendimos desde niños:
¡Viva y viva la Virgen de las Huertas!
CADA OLIVO
Nací donde de olivos se platea
la línea circular del horizonte.
Hay verde-gris de plata por el monte
y plata verde-gris por donde sea.
La rosa de los vientos se marea
y se vuelve veleta multifronte
cuando por ver paisaje se remonte
al castillo, la torre o la azotea.
Y cada olivo es un crisol de plata
donde el fruto esmeralda se amorata
en un sabio proceso sempiterno.
Y cada olivo junto a cada olivo
vive y transmuta plata en oro vivo
en la secreta alquimia del invierno.
CAPEA
Unas ruedas de carro en una rueda
como un gran girasol de girasoles
con corona de palmas y de oles
y con nimbo de turbia polvareda.
Una moneda de oro de monedas
perdida por los pueblos españoles
-juego antiguo de sombras y de soles-
con aromas de trigo y alamedas.
Plaza con palcos y sin graderío
ruedo informal cromático y sonoro
anillo para el grito y el asombro.
Redondel donde ayer el pueblo mío
entre vino y valor jugaba al toro
y hasta sacaba su ilusión a hombros.
JUEVES SANTO
Tiene el atardecer un raro encanto.
La brisa tiembla tibia de saetas,
de oraciones, de incienso, de trompetas,
de claveles de risas y de llanto.
…Ha pasado una virgen con su manto.
…Un Cristo viene muerto entre violetas.
Nazarenos, mantillas, siluetas
de torres sin campanas. Jueves Santo.
Huele a lirios cortados y a sagrario.
El son de la matraca baja y sube
desde las espadañas al calvario.
…Y el azul se hace negro terciopelo.
Las estrellas se asoman tras la nube,
los corazones miran hacia el cielo.
MADRUGADA
Hoy viernes no hay campanas en la torre
pero a su pie solloza la matraca
su llanto de madera, hueca, opaca,
y su eco de una calle a otra corre.
Sale la lenta procesión y sube:
…El Nazareno en túnica morada,
detrás la Dolorosa con su espada.
De niño yo también tras ella anduve.
…El Pozo, la Amargura, calle Llana…
…Rumor de pasos, estandartes, lirios…
Una saeta corta la mañana
que al amanecer es una herida.
Y el Nazareno entre morados lirios
da en la Plazuela la tercer caída.
PLAZA
Plaza del pueblo: sobrio monumento
sin fuentes ni arriates amarillos.
Taller de frescas risas de chiquillos
portada sin color de un viejo cuento.
Rectángulo de sol y de cemento.
Sala de estar con bancos de ladrillos
donde se dieron cita mil sencillos
corazones en flor. Lecho del viento.
Plaza del pueblo. Corazón. Latido.
Despedida y adiós a los difuntos.
Arco triunfal para el reciennacido
Naranjal que en acacias se despierta.
Balcón donde lloramos todos juntos
viendo salir a la Virgen de la Huerta.
RIO (Retortillo)
Como pájaro líquido serpea
entre fresnos y rocas su revuelo,
verde y blanco de espuma a ras de suelo
que al remansar con el cielo se azulea.
Espejo de los ciervos en pelea
y del sediento jabalí en celo,
espejo que se torna en espejuelo
de peces platioro en asamblea.
Ciñe el coto, la presa y el molino,
quejigo con taraje en su camino,
mastranzo, adelfa y junco en su murmullo.
…Y yo le digo adiós desde la orilla
cuando se va entre Córdoba y Sevilla
porque Guadalquivir va a hacerlo suyo.
PROHIBIDO CARNAVAL
Estaba oficialmente prohibido
el carnaval y el pueblo a su manera
se saltaba la ley a la torera
de callejón a esquina perseguido.
Disfraz de hombre-mujer en confundido
travestismo ancestral con chocarrera
cornamenta el bozal y la arriera
comparsa de cencerros. Todo era
antigualla, color, gritos, metales.
Junto a un soldado el fraile y la beata
entre sombrillas
Se me borran aquellos carnavales
con cántaro el domingo de piñata
que yo he entrevisto apenas una vez.
TORRE
Mi torre, como un espía
sobre vuelos de palomas,
hace siglos que se asoma
para ver la lejanía.
Apuntando siempre al sol
igual que una aguda flecha
es maciza pero estrecha
su alma de caracol.
Corona su chapitel
una veleta en el fiel
de los vientos y el lucero.
Yo, escuchando sus campanas
soñé, más de una mañana,
de niño ser campanero.
VALS
Labios de corazón. Chaquetas blancas.
Colgaduras. Banderas. Farolillos.
Por sus cuatro costados la caseta
se abre a cuatro horizontes de abanicos.
Pregones y silbidos. Humaredas.
Lentejuelas, crespones, lazos, moñas
columpian su esplendor en una nube
entre olores de anís, sudor y nardo.
En el acordeón un vals marchito
agoniza revive entre estertores,
resoplidos y estruendo de charanga.
Es el vals de las olas. Vals eterno
que las parejas aun valsan y valsan
en la vieja caseta del recuerdo.
A continuación, un popurrí de Sevillanas que han sido éxitos con los más importantes grupos de sevillanas de su momento que interpretarán el Coro Parroquial unas y , otras, Elisa Gutiérrez, Rogelio Reyes y Pedro Segura, y tres canciones, Tú, Nana de la Huerta y Huerto a cargo del Coro Parroquial.
SEVILLANAS
I
Como en la madrugada
va el Gran Poder,
voy con la cruz pesada
de tu querer.
Eres mi cruz. (3 veces)
Llevo tu amor a cuestas
como Jesús.
II
El lunes poco a poco
yo empiezo a amarte
y mi corazón loco
se vuelve martes.
Queriéndote estoy
toda la semana,
toda, toda la semana
desde ayer a hoy,
de hoy a mañana.
III
María es mi sinvivir,
por ella muero
Dolores muere por mi,
yo no la quiero.
Son la noche y el día
mis dos amores: (bis)
el amor de María
y el de Dolores.
IV
Al pie de un naranjo en flor
me estoy muriendo por ti.
Y aunque no dices que no
tampoco dices que sí.
Te quiero, te quiero,
cuánto te quiero
y tanto te quiero que…
…que más de lo que te quiero
ya no te puedo querer.
Presentación Callejero Virtual.
En este momento vamos a invitaros a dar un breve paseo imaginario por algunas de las calles del pueblo, guiados por el “Callejero Virtual” así llamado por su autor quien además añade que son “estrofillas que intentan dar una particular visión de nuestras calles perdidas en la desmemoria de la infancia”.
Este paseo lo vamos a realizar en dos tiempos. En el primero, recorreremos las calles Alfarería, Pozo, Matahombres, Calle del Cura, Ancha, Mesones, Arquillo y Tambor. Nos ayudarán las voces de: Manolo Jiménez y Miguel Castaño.
CALLEJERO VIRTUAL
Ahora que el pueblo es distinto
a veces voy y me pierdo
-laberinto-
por las calles del recuerdo.
I
Llora un niño con desgarro:
-¡Mamá quiero un alcancía!
Humo negro. Pasa un carro.
Medio día.
Huele a eucaliptos y a barro.
Calle de la alfarería.
II
La niña salta a la comba
-blanca enagua, lazo blanco-
mientras el agua en la bomba
solloza junto al barranco.
Calle de empinada cuesta
en donde para la fiesta
se adorna un balcón grandioso.
No hay pozo en la calle esta,
pero es la calle del Pozo.
IV
Con olor a pan y a jara
era calle y era senda
misteriosa, antigua y rara
como una vieja leyenda.
… Y leyenda era su nombre
de resonancias tremendas:
La calle de Matahombres.
VI
La calle del Cura escala
un irritante jolgorio
de niños enhoramala.
Y en alegre martingala
-solemne y declamatorio-
entre la infantil rehala
va subiendo Territorio.
VII
Amarilla de mañanas
la calle Ancha se olvida
por las estampas lejanas
de mi memoria perdida.
Calle que es como una herida
ancha por mi sentimiento.
Calle Ancha; Muerte. Vida.
Calle de mi nacimiento.
IX
…Tormentas de primavera.
La calle Mesones era
un río de casa a casa
(barquitos sin rumbo
pasan
entre gritos dando tumbos).
La calle Mesones era
quizá la más importante
-corazón, reloj y centro,
tertulia, cita y encuentro-
y en la ilusión marinera
de niños de tierra adentro,
inocentes,
la calle Mesones era
simplemente
una calle sin aceras.
XI
…Nubes de incienso y lavanda.
Junto a la cal del Arquillo
la procesión se desmanda.
Va sin aliento la banda
escoltada de chiquillos
…Y entre flores, luces, brillos
pasan rozando las andas
la vieja cal del Arquillo.
XII
Sobre la calle empedrada
rompe la mañana un -¡Arre!-
-Hay una mujer que barre-.
Van seis burros con fragor
de pisadas: Ataharres
y jáquimas de color.
El Tambor.
El segundo recorrido nos llevará por las calles Magdalena, Amargura, Triana, Castillo, Cementerio, Acosta, cualquier calle o plaza del pueblo y la Medina.
Como observaríais antes y comprobaréis ahora, nuestro poeta ha abandonado la seriedad del endecasílabo y lo ha sustituido por otros versos más cortos, predominando los octosílabos. Por medio de ellos, va descubriendo las calles de su recuerdo con ajustados calificativos , símiles y metáforas sencillas , valiéndose de significativas anécdotas de personajes típicos o acontecimientos de su época. Para ello contaremos con las voces de:
Juan Prados y Tomás Illescas.
XV
Donde la calle Mesones
se esteraba con arena
en tardes de chaparrones
era ya la Magdalena.
XVIII
Tarde del día del Señor.
en su empinada angostura
la calle de la Amargura
era alfombra de verdor
y túnel de colgaduras
en el último resol.
XX
Sorda corneta acribilla
la paz del atardecer
por Triana. Tres chiquillas,
dos perros y una mujer
hacen corro por la orilla.
El bando empieza a nacer:
-¡El Alcalde de esta villa
hace saber…!
XXII
Telón de fondo: el Castillo.
vuelan pelotas y gritan,
saltan y corren chiquillos.
Junto a un vallado de pitas
un suelo blanco-amarillo
de lirios y margaritas
se agrieta por el Pradillo
XXIII
Calle que no viene. Va.
Higuerón, pozo, chumberas
Y la alberca del Tejar.
***
Va un entierro de tercera
-oros de capa pluvial-
al sol de la primavera.
El cementerio al final.
Higuerón, pozo, chumberas.
Calle que no viene. Va.
Calle Acosta.
No era ni ancha ni angosta
no era ni larga ni chica,
casi rural casi urbana.
Aduana
-con su columna romana
enfrente de la botica-
y campana
en la risa sin fin de Lola Caro
que en mis torres aun repica,
abanica
y salpica de luz el aire claro.
XXXIII
Callejón por el que iba
cuesta arriba
con infantil desparpajo,
tan en vilo la ilusión
que se le hacia al corazón
cuesta abajo.
XL
Las siete:
-¡Molletes
que van calientes…!
Rumor de gente.
-Siete y media… ocho… nueve…
Tocan a misa.
Charlas y risas.
Llueve
un chaparrón pasajero.
-¡El panadero…!
Las diez, las once, las doce…
Muchas más risas y voces.
El pregón de mediodía
que es como una letanía:
-¡Pimientos, ajos, sandías!…
XLII
Cruce donde uno imagina
que son playas las veredas,
que el arroyo es mar abierto
y el pozo de la Medina
es un barco que se queda
medio hundido junto al puerto.
***
Callejeaba perdido
de tanto callejear.
A la sombra del olvido
azuleaba la cal.
***
Laberinto sin salida
de algo que ya no es así.
***
…Hoy por las calles dormidas
del blanco pueblo infantil
sigue perdida mi vida.
SEVILLANAS
I
Ni la quiso ni la quiere
ni la deja de querer:
pero con otras mujeres
Sevilla entera lo ve.
…Y Amparo
por más que le cuentan
no quiere llorar
y laegre y contenta
se pone a cantar.
II
Va Carmen la Cigarrera
presumiendo por la calle:
un clavel en la pechera
y el mantón «cruzao» al talle.
¡Ay trianera yayay…!
¡Ay trianera! ¡Ay trianera!
¡Ay Carmen la de Triana,
la Cigarrera.
III
Que Dios es una verdad
y en Dios tengo que creer
porque lo he visto pasar
cuando pasa el Gran Poder.
Que Dios existe
porque lo ha visto
Sevilla entera
al ver pasar cualquier Cristo
por una calle cualquiera.
IV
Tiene los ojos «hundíos»,
tiene la cara «arrugá»:
tantas veces fue al Rocío
que no las puede contar.
la abuela,
la pobre abuela
todos la ven presumir
y decir por la plazuela:
¡Al Rocío voy a ir!
Bloque II
Íntimos
Al segundo bloque pertenecen los sonetos que hemos denominado “íntimos”. Aunque toda su poesía tiene un fuerte carácter íntimo, opinamos que estos sonetos poseen un mayor grado de intimismo. Son ,entre otros, los siguientes: Árbol, Camino, Desmemoria, Disfraz, Evocación, Febrero, Flores amarillas, Flores de papel, Mira esa luz, Nochebuena sin ti, Saberlo todo, Umbrosa soledad y Verdesperanza que nos recitarán:
Concha Morente, Tomás Illescas, Fco. Rodríguez Agredano, Lorenzo Santana, Manuel Enrique Rodríguez, Mª. Rosa Padilla, Lola Molina, Huertas Silva, Elisa Gutiérrez, Juana Sosa, José Mª. Rodríguez, Antonio Hinojosa Toro y Juana Navarro.
ÁRBOL
Soy un árbol. Lo sé. Voy por la tierra
hundiendo mis raíces. Y mi vida
es sombra de mi árbol desprendida
que con sus ramas a la luz se aferra.
Soy un árbol de paz aunque la guerra
pudiera ser mi meta preferida.
Tengo la voz en fruto convertida,
sin madurar, del mar hasta la sierra.
Y a veces crezco al riego de mi llanto
o ardo de amor en los días felices
Y toco al mismo cielo con mis llamas.
Soy árbol. Caeré. Pero entretanto
la esperanza es un ancla en mis raíces
y el corazón es verso por mis ramas.
CAMINO
Al acabar el pueblo está el camino
durmiendo un sueño eterno de olivares,
un sueño que no turban los cantares
de mozas ni arrieros. Su destino
se pierde bajo el sol, junto al espino,
frente al pozo, en la casa, entre encinares,
allí donde un aroma de azahares
renueva el verde limonar. Un trino
oculto en la dorada polvareda
se hace voz que me llama dulce y queda..
Quiero y no puedo hacerme peregrino
y andar de norte a sur tras el lucero
buscándole un final a mi sendero
en el fin infinito del camino.
DESMEMORIA
Yo no sé cuándo es cuando no tampoco
dónde es el donde en el que vengo y voy
ni quién es quien y menos quién yo soy
si nazco si navego o desemboco.
Perdido en desmemorias me equivoco
confundiendo el ayer, mañana y hoy.
Ignoro el mes y el año donde estoy
sin reloj ni almanaque. Desenfoco
los recuerdos brumosos de la infancia
que alteran su color y su fragancia
en un calidoscopio sin sentido.
…Y giran luz y sombra, todo y nada
Como en turbia espiral insinuada
De imágenes perdidas en olvido.
DISFRAZ
Tenemos el papel bien aprendido
o lo tenemos mal, pero a diario
salimos a actuar al escenario
del teatro del mundo. El apellido,
el gesto y la sonrisa siempre han sido
el preciso disfraz y el vestuario
que ha de cambiar según el calendario,
el cartel o el reparto. Confundido
el yo y el otro yo en intermedia
zona de identidad, somos, fingimos
en sainete, en drama o en tragedia.
…Y minuto a minuto, paso a paso,
como las marionetas y los mimos
actuamos con éxito o fracaso.
EVOCACIÓN
Ayer fui al cementerio. Oscurecía.
El sol se iba apagando entre cipreses
y un silencio de luces y de preces
entre las viejas tumbas se escondía.
La tarde declinó. Se murió el día.
La luna derramó sus palideces
y en mis labios un nombre varias veces
tembló asustado de la tierra fría.
Y nadie contestó más que el lamento
de mi pecho angustiado. Muy lejano
en las cumbres oscuras aulló el viento.
Yo dije al corazón: -Lloremos juntos.
Y ahogando sus latidos con mi mano
abandoné el jardín de los difuntos.
FEBRERO
La noche en resplandores se derrama
por las calles del pueblo de febrero.
Tengo la voz dormida en el sendero
donde otra voz silente me reclama.
Fuego en los troncos. Humareda. Rama.
Fuentes llorando. Corro bullanguero.
Es víspera de ser. Mi ser entero
ya es tronco y es pavesa y humo y rama.
Yo sé bien que soy árbol que se hiela
en la fría alameda de este valle
que el viento azota y que el sol irisa:
árbol para el altar de la candela,
junto al cantar del pueblo en cualquier calle.
Árbol y al fin rescoldos y ceniza.
FLORES AMARILLAS
Había en su risa sones de campana
que alegraba mi oriente y mi occidente
y su mirada luminosamente
competía con la luz. Cada mañana,
desbordada de amor su risa sana
era un río y un mar bajo mi puente.
También la vi llorar amargamente
su pena y la de otros. Por mi hermana
la memoria insaciable me interroga:
¿Fue tango de Gardel o de Quiroga
fue mucho más la alegre tonadilla?
Tango y copla que evoco y me parece
que rondan por los góticos cipreses
de su tumba con flores amarillas.
FLORES DE PAPEL
Hace días tenía yo una hermana.
Hoy no la puedo ver aunque quisiera;
se fue blanca de lirios y de cera
entre el gemir del pecho y la campana.
Hoy no hace flores junto a la ventana
-claveles de papel sin primavera-
hoy no me dice; -Cuando yo me muera
acuérdate de mí cada mañana.
Mis ojos no la ven pero el deseo
de verla es tan intenso que la veo
y oigo su risa con el eco aquel
que en la casa resuena todavía
iluminando el aire de alegría
como si hiciera flores de papel.
MIRA ESA LUZ
Mira esa luz ¿No estaba oscureciendo?
Si el sol ya se perdió en la lejanía
¿De donde ese rumor y algarabía?
Los pájaros no son, ya están durmiendo.
Si es todavía de noche yo no entiendo
por qué ese resplandor de mediodía
como luz de arco-iris de alegría
o de un temblor de estrellas sonriendo.
¿Has abierto tus ojos soñadores?
¿Ha trenzado tu risa de colores
la música sublime que se siente?
¡No apagues las hogueras de tus ojos!
¡deja el rumor sobre tus labios rojos!
…Que haya música y luz eternamente.
NOCHEBUENA SIN TI
Madurará diciembre como un fruto
agaz y amargo de resignaciones.
Habrá en la calle risas y canciones,
en la casa dolor, silencio y luto.
Tú pagaste a la tierra su tributo.
No vendrás a la cita de ilusiones
con tus niños –dorados gorriones-
a acariciar al abuelito enjuto.
La abuela estará triste en la cocina
con su blanco crochet que no termina,
tus geranios se mustiarán de pena.
Yo no sé lo que haré sin ti aquel día…
…Tal vez salga a esperarte, hermana mía,
aunque no vengas esta Nochebuena.
SABERLO TODO
Yo que creía ya saberlo todo
y vi sólo a través de un agujero
un pedazo de mundo y a mi modo
confundía el infinito con el cero.
Apenas distinguía sobrio, beodo,
trepa, cabal, granuja y caballero,
el nombre, el apellido y el apodo,
a quien se ve y no se ve el plumero.
Mi empírico y vulgar aprendizaje
fue cada día atravesar la puerta
hasta el sol y la sombra del paisaje.
Vi convivir lisonja con agravio,
que la vida es demanda y es oferta
y yo más ignorante y menos sabio.
UMBROSA SOLEDAD
Mi umbrosa soledad bajo la parra
se adorna de racimos. La reguera
se escapa de la alberca zalamera,
entre aromas y cantos de chicharra.
Dentro de mí tú tocas la guitarra
vibrante del recuerdo: Petenera.
Mi umbrosa soledad calla y espera
en tanto mi esperanza se desgarra.
Desesperanza. Dudas de la ausencia.
Calendarios, relojes y distancias
separan el amor y la amistad.
Bajo la parra evoca tu presencia,
entre el rumor del agua y las fragancias,
un poeta en la umbrosa soledad.
VERDESPERANZA
Era verde el ayer y los olivos,
verde el trigo en los campos de labranza,
verde era la niñez con su agua mansa
y el corazón también de un verde vivo.
Todo verde. Los años y el cultivo
me fueron madurando la esperanza
como una breve espiga que no alcanza
su granazón dentro del pecho altivo.
…Y maduro y camino todavía
-siempre verdesperanza la pisada-
para estrenar el sol cuando amanece
y cosechar cada hora y cada día
como verde romero de otoñada
que si acaso se seca no florece.
EL DESAMOR
El amor es un viento
que igual viene que va.
Que igual viene que va
el amor es un viento
que igual viene que va
el amor es un viento
que igual viene que va.
Que igual viene que va,
si se muere y, al momento,
vuelve a resucitar,
se muere y, al momento,
vuelve a resucitar.
Si me enamoro algún día
me desanamoraré
me desanamoraré
para tener la alegría
de enamorarme otra vez.
Cuando más te quería
me dijiste que no.
me dijiste que no
cuando más te quería
me dijiste que no,
cuando más te quería
me dijiste que no.
me dijiste que no
y el amor que tenía
se volvió desamor
y el amor que tenía
se volvió desamor.
Si me enamoro algún día
me desenamoraré
me desenamoraré
para tener la alegría
de enamorarme otra vez.
El amor es un juego
con su cara y su cruz.
Con su cara y su cruz
el amor es un juego
con su cara y su cruz,
el amor es un juego
con su cara y su cruz.
Con su cara y su cruz
Puede ser nieve y fuego,
puede ser sombra y luz,
puede ser nieve y fuego,
puede ser sombra y luz.
Si me enamoro algún día
me desanamoraré
me desanamoraré
para tener la alegría
de enamorarme otra vez.
Ya no quiero tus besos
hoy me quieres tú a mí.
Hoy me quieres tú a mí
ya no quiero tus besos
hoy me quieres tú a mí,
ya no quiero tus besos
hoy me quieres tú a mí.
Hoy me quieres tú a mí,
tú no llores por eso
que el cariño es así,
tu no llores por eso
que el cariño es así.
Si me enamoro algún día
me desanamoraré
me desanamoraré
para tener la alegría
de enamorarme otra vez.
ESTAMPA 3ª (SIGLO XVIII)
Por el barrio de Vanduro
grito largo de trompeta
taladra el aire caliente
y amarillo de la siesta.
El regidor de gran gala,
negro de pies a cabeza,
lee un pliego con voz cascada
entre un corro que le cerca:
-Pongan atención y escuchen,
vecindario de La Puebla,
lo que os dice el Regidor
de viva voz y presencia,
porque pregonero sufre
tan desmedida ronquera
que han tenido que aplicarle
ventosas y sanguijuelas.
Del Castillo a la Medina
del Tambor a la Plazuela
pongan todos colgaduras,
colchas, cintas y banderas.
Que su majestad el Rey
Carlos Tercero nos prueba
su gran magnanimidad
concediendo la grandeza
de España para el Señor
que nuestra villa gobierna.
Joaquín Fernández de Córdoba,
Tercer Marqués de La Puebla,
al recibir tal merced,
generosamente ordena
que no quede ni un puebleño
que no se vista de fiesta.
Saquen del arca levitas,
faldones y manteletas,
redecillas de madroños,
mantoncillos y peinetas.
Prepárense a armar ruido
las campanas de la iglesia,
que pronto remozará
el cura que la regenta
-cuyo nombre todos saben
es Don Fernando de Mena-.
Piensa engrandecerla mucho
del mejor modo que pueda,
con tres naves, con un coro,
con órgano de trompetas,
con campanillas de gloria,
con retablos y vidrieras.
El regidor hace pausa,
Mira en torno, carraspea
Y prosigue la lectura
Con su voz cascada y seca.
…Pero a partir de mañana
en nuestra iglesia pequeña
se harán cultos de esplendor
a la Virgen de las Huertas:
Música, predicador,
gran procesión y novena.
Y para que nada falte.
en la plaza de la iglesia,
habrá toros con encierro
y sandingas y verbenas.
***
La gente al oír el bando
en entusiasmo revienta
con risas, palmas y vivas
que al Regidor amedrentan.
Pero el viejo, pliego en mano,
cauteloso el corro deja
y acercándose a la fuente
bebe un poco de agua fresca.
Luego saca una cajita
que lleva en la faltriquera,
toma un sorbo de rapé,
tose, suspira y se aleja.
***
En la fuente de Vanduro
vibran presagios de fiesta.
I
Al ojo de tu llave, que mira,
miraba un niño: mirame
era yo que soñaba
con tu cariño.
…Y nadie sabe
lo que vi por el ojo
de aquella llave.
II
Cuatro puentes dos orillas,
tu cariño frente al mío.
Tú en Triana yo en Sevilla
y en medio el agua del río.
Cuatro puentes,
doce arcos,
dos orillas.
¡Viva el río con sus barcos!
¡Viva Triana y Sevilla!
III
El amor es un viento
que igual viene que va:
si se muere al momento
vuelve a resucitar.
Si me enamoro algún día
me desenamoraré
para tener la alegría
de enamorarme otra vez.
IV
La Virgen de las Huertas
rosa fragante
es patrona de Puebla
de los Infantes.
Y es que esta tierra mía
que es la tierra de María
por donde quiera que vaya
siempre me da compañía
la Virgen de mi medalla.
Bloque III
A la Virgen
Al tercer grupo pertenecen los sonetos dedicados a la Virgen, a su Virgen de las Huertas. Entre muchos hemos entresacado los siguientes: Asunta, Campanario, Canción de Agosto, Era, La fecha y Otra vez, a los que prestarán sus voces: José Manuel Romero Zalamea, Juan Prados, Cristóbal Román Jiménez, Huertas Silva y Francisco González Bravo.
ASUNTA
Ni claveles ni nardos te pondría:
Tan solo tu belleza a cal y canto
Porque fuera más gótico tu encanto
y mucho más exacta tu armonía.
La tarde su rosal te encendería,
el viento por tus hombros se haría manto
y al salir, a tus pies, pondría mi llanto
corona de gloriosa pedrería.
Mas con ráfaga y manto eres sorpresa
entre clavel y nardo si atraviesas
el medio punto del cancel angosto
y eres milagro anual que el pueblo espera
cuando eres por fuerza costalera
asunta al cielo otro quince de Agosto.
CAMPANARIO
De plata y oro viejo, flor y raso,
en claridad sonora, la mañana
se parte en dos al toque de campana
cuando suben la Virgen a su paso.
Yo la he visto -en un vuelo, en un abrazo,
ingrávida entre fuerzas sobrehumana
como ensayando una asunción temprana-
… y también la he llevado con mis brazos.
Y al llevarla y al verla tan morena,
pájaros de emoción y escalofrío
levantaron el vuelo por mis venas.
Mañana de campana grande y chica:
Loco de atar este corazón mío
también es campanario que repica.
CANCIÓN DE AGOSTO
En los aires ha escrito una canción
dando vueltas, alegre, la campana.
El pueblo enardecido se engalana
y de gozo reboza el corazón.
Ya se asoma al cancel la procesión
como se asoma el sol a la mañana
y en su paso de flores la Hortelana
sonriendo nos da la bendición.
Las plegarias se enredan en su manto,
los cohetes estallan en la altura
sembrando el hondo azul de estrellas de oro.
Hay muchos ojos húmedos de llanto
y hay en mi corazón tanta ventura
que un año más suspiro, rezo y lloro.
ERA
Era un tiempo pasado, sin memoria:
era el tronco del árbol del olvido;
era Dios que a su madre le hizo un nido;
era el tronco del árbol de la Gloria.
Era el ángel que canta la victoria;
era el buen hortelano sorprendido;
era un eco de sangres repetido;
era un pueblo en la bruma de su historia.
Era la propia Virgen de las Huertas:
Madre de mis mayores, Fuente, Puerta,
Fe, Esperanza y Amor de cada día.
Era y es la bandera de mi orgullo
con el lema de «Huertas yo soy tuyo»
junto al lema de «Huertas tú eres mía».
LA FECHA
Es la fecha otra vez. Una fragancia
antigua nace de la cal marchita.
Madura el corazón para la cita
y duele el amor más en la distancia.
Como un vuelo de pájaros mi infancia
desaforadamente resucita;
el tiempo que se fue me solicita
presencia y sacramento. Y hay un ansia
infinita y total de reencontrarse,
de ser niño de agosto otra mañana
constelada de lazos de colores,
de sentirse uno mismo, de embriagarse
cuando el aire se endulza y se engalana
con musicales e invisibles flores.
Bloque IV
Estaciones
Al cuarto bloque de sonetos pertenecen los que hemos denominado “Estaciones y meses del año», por hacer sus contenidos referencias a este tiempo , a los que hemos añadido dos de carácter satírico. Son: Invierno, Otoño, Verano, Abril y Mayo. Rasura y Esquina.
Los recitarán: Isabel Calderón, María Morgado, Mª Mercedes Rodríguez, Cristóbal Martínez, Lola Segovia y Lorenzo Santana.
INVIERNO
Ha madurado el frío y la aceituna
ha nacido la hierba en los caminos
y hay un cantar de hierro en los molinos
y una capa de hielo en la laguna.
Ya golondrinas negras no hay ninguna
ni el bullir de sus saltos y sus trinos
sobre las alambradas con espinos.
Ahora hay noches sin fin pero con luna.
Y amaneceres turbios, neblinosos
y escarcha en los brocales de los pozos
y en el hogar arde un rescoldo eterno.
Los días son tan cortos… Oscurece
antes que uno quisiera. Llueve a veces
mientras en el reloj pasa el invierno.
OTOÑO
Han pasado las últimas carretas…
El cielo que era azul cambió su traje.
Las golondrinas sueñan un viaje.
En las torres dan gritos las veletas.
Las tardes sin color se tornan quietas.
En el viejo jardín muere el paisaje
sin una flor siquiera que lo alhaje.
Tristes los niños lanzan las cometas.
Huele a tierra mojada. Sopla fuerte
un viento que nos lleva a los oídos
la música angustiosa de la muerte.
El otoño está aquí. Lo trajo el viento
entre esqueletos de árboles sin nidos
y jirones de cielo ceniciento.
VERANO
Paisajes de color pinta la aurora
salpicando de sangre los cristales.
La cigarra enronquece en los maizales.
Medio seca la fuente gime y llora.
El sol se enciende más. Su fuego dora
el aire, los caminos, los trigales…
El segador sestea en los umbrales
de la gris y empolvada zarzamora.
Las eras -amarillas panderetas-
entonan un repique de carretas
de paja, de gavillas y de grano.
…Y nos llega el sonido de un cencerro…
A veces a lo lejos ladra un perro.
Entre el polvo y el sol arde el verano.
ABRIL Y MAYO
La cigüeña volvió a entibiar sus nidos
entre nubes. Azahar y naranjales.
Nievan doradas rosas los rosales
en flor de Puerta Oscura. Los bramidos
del mar sobre la arena están dormidos
en un lecho de espumas y cristales.
Una orgía de notas musicales
despierta suavemente los sentidos.
Ayer cielo de encajes recortaba
el morisco perfil de la Alcazaba.
Hoy el cielo perdió blondas y encaje.
Y huele a eternidad… El pecho aspira
un perfume de amores y suspira.
Abril y Mayo mecen el paisaje.
RASURA
En mis años de juventud temprana,
barbilampiño aún para mi pena,
pensé dejarme barba nazarena
en fiel veneración juanramoniana.
Y la dejé crecer una semana
o quizá a contrapelo una quincena
y atosigado por la burla ajena
le di corte y rasura una mañana.
Mi barba fue y no fue. No pudo ser
homenaje al poeta de Moguer.
…Luego la barba fue moda triunfal
y hoy son legión las barbas: Santo y seña
con que más de un político se empeña
en disfrazarse de intelectual.
ESQUINA
Madrugador por cuna y por rutina
a su punto de cita va fulano
donde fieles le esperan ya mengano,
zutano y perengano. En una esquina
los cuatro han instalado la oficina
en donde sin tardar levantan plano
e inventarían de cada ciudadano
vida y hacienda. Torvos y en sordina
son fiscal en suicidio, en adulterio,
en testamento o ruina. Su criterio
juzga, indulta o ejecuta al reo.
Yo que nunca oficié de detective
no entiendo bien esa afición proclive
al peren-zuta-menga-fulaneo.
I
Va un caballero
va un caballero
va un caballero
va un caballero
montado en Rocinante
va un caballero
montado en rocinante
va un caballero.
Va un caballero
cabalgando delante
de su escudero,
cabalgando delante
de su escudero.
Escudo y lanza,
caballo al trote
-nunca se cansa-
…camina Don Quijote
con Sancho Panza.
II
Por donde sea
por donde sea
por donde sea
por donde sea
busca mil aventuras
por donde sea
busca mil aventuras
por donde sea.
Por donde sea.
y raya en la locura
por Dulcinea,
y raya en la locura
por Dulcinea.
Escudo y lanza,
caballo al trote
-nunca se cansa-
…camina Don Quijote
con Sancho Panza.
III
Sus desatinos
sus desatinos
sus desatinos
sus desatinos
lleva senda adelante
sus desatinos
lleva senda adelante
sus desatinos.
Sus desatinos
y lucha con gigantes
que son molinos,
y lucha con gigantes
que son molinos.
Escudo y lanza,
caballo al trote
-nunca se cansa-
…camina Don Quijote
con Sancho Panza.
IV
Cruza La Mancha
cruza La Mancha
cruza La Mancha
cruza La Mancha
con su triste figura
cruza La Mancha
con su triste figura
cruza La Mancha.
Cruza La Mancha
si grande es su locura
Castilla es ancha,
si grande es su locura
Castilla es ancha.
Escudo y lanza,
caballo al trote
-nunca se cansa-
…camina Don Quijote
con Sancho Panza.
PRESENTACIÓN DE ¡Virgen de las Huertas, toros!
Un cartel de 1.887, que anunciaba las capeas de la feria de agosto de aquel año, inspira a nuestro poeta el siguiente poema en romance de versos octosílabos.
En ellos se describe la plaza de toros, las reses que van a ser lidiadas, las muchachas con sus atavíos taurinos, a los tres torerillos, al alcalde, etc., etc.
Lo recitarán: Juan Prados, Cristóbal Martínez, Manuel Jiménez, Miguel Castaño, Tomás Illescas y Juan Melo.
¡VIRGEN DE LAS HUERTAS TOROS!
Entrando la procesión,
como una oración ingenua,
se gritaba sin rubores
a una sola voz entera:
¡Virgen de las Huertas, toros!
¡Toros, Virgen de las Huertas!
***
Un agosto de otro siglo:
Mil ochocientos ochenta.
Otros aires, otras gentes,
otras ansias, otra Puebla.
Coso taurino cuadrado
en la plaza de la Iglesia.
Improvisados tendidos
de palos y de carretas.
Un clarín, desafinado,
presta llaves a la puerta
que da paso a un torbellino
nervioso, de estampa negra.
El mismo que hace unas horas,
con la piara dispersa,
caminando hacia el encierro,
corrió buscando dehesas
entre un revuelo de mozos,
de gritos y volteretas,
entre perros asustados
y tenderetes de almendras.
***
Tres muchachas se santiguan
sofocadas y compuestas:
la mantilla blanca una,
otra la mantilla negra
y la tercera un clavel
prisionero en la peineta.
Sobre la arena amarilla
tres chiquillos se impacientan:
uno de corinto y oro
y en la mano la montera,
otro de tabaco y plata,
y el que completa la terna
golpes negros sobre el verde
deslucido de la seda.
Tres muchachos de Sevilla:
cuerpo joven, ropa vieja,
hambrientos y soñadores
sueñan su suerte en La Puebla.
Antonio Arana -«Jarana»-
«Palomo» y el «Nene» esperan
hallar su suerte esta tarde
toreando en la capea.
***
La plaza es como un palenque
coronado de azoteas.
Con resoles de azulejos
la torre vigila atenta.
El Alcalde, bombín negro,
puro habano en la derecha
con aire de aristocracia
dicta sentencia torera.
El toro busca insaciable
arroyos frescos y adelfas
en los vuelos de la capa.
«Jarana» mide y trastea
con el engaño en la mano
mientras que su voz ordena:
-¡Anda, pasa, toro,toro, !
-¡Anda, toro, pasa, entra…!
***
La tarde se pone en pie
sobre torres y veletas.
Un olé espeso y redondo
se eleva de las carretas.
La plaza por un momento
se estremece, brama y tiembla,
como si fuera un latido
del corazón de La Puebla.
… Y «Jarana» -fino talle
de junco -se contonea,
esquiva y lancea airoso
esa muerte que le acecha
una, y otra vez, y otra,
en cerradas reboleras.
***
¡Cómo aplaude el señor Cura!
¡Cómo sonríe la Jueza!
¡Cómo mueve el abanico,
descompasada, la Médica!
Desborda un mar de pañuelos
la nerviosa concurrencia,
mientras rubrica el aplauso,
en metálica estridencia,
el chin-chin de una charanga
machacona y bullanguera.
***
La plaza quedó vacía
al culminar la faena.
Los resoles de la torre
se han disuelto en las espesas
sombras de un atardecer
que enturbian las calles frescas.
Huele el aire a limonada,
a jazmines y a canela
de dulces recién cocidos.
… Se oyen risas de verbena,
y algún mugido de toro
por las últimas callejas.
***
De esto hace ya mucho tiempo.
Fue otro siglo -¿Quién se acuerda?-
Otros aires, otras gentes,
otras ansias, otra Puebla.
…Cuando tras la procesión,
como una oración ingenua,
se gritaba sin rubores,
a una sola voz entera:
¡Virgen de las Huertas, toros!
¡Toros, Virgen de las Huertas!
HUERTO
Un arco de celindas, un manzano,
una senda florida en lila y rosa
y al fondo –retorcida, vieja, umbrosa-
la parra junto al pozo y el majano.
De rodillas y absorto el hortelano.
En el árbol la Imagen milagrosa
-entre un halo de luz esplendorosa-
con el Niño en la palma de su mano.
Más allá del laurel, los naranjales.
En un rincón llena de sol, la alberca
derramándose en coplas de cristales.
Por los sembrados surcos, verdes filas.
Los tilos y el nogal junto a la cerca.
… Luego otra vez más rosas y más lilas.
Comenzaré diciendo que Paulino es una de esas personas cuyo trato y amistad dejan huella. Un conversador ameno, culto y sencillo del que siempre se aprende algo. Desde muy joven, tenía fama de ser un magnífico estudiante y de tener una fina sensibilidad para las artes, especialmente para la poesía y la pintura. Nuestra amistad viene de lejos, y tengo que reconocer, gratamente, que ha tenido una gran influencia en los despertares de mi afición a la lectura y a la música clásica.
He hablado con algunos de sus antiguos alumnos y todos coinciden en que era un profesor muy especial, un profesor con el que se disfrutaba aprendiendo. Que sus clases eran muy amenas y que fueron definitivas para su formación. Muchos de ellos son hoy prestigiosos y eficaces maestros. Algunos han recitado aquí, otros, incapaces de vencer la timidez, están ahí entre ustedes, pero todos admiran y respetan a su antiguo profesor. Añado que conozco a poca gente que haya tratado a Paulino y no haya percibido estar ante un ser excepcional.
Pero no hablaré más sobre las excelencias de Paulino porque de ellas habla toda su obra. Y porque además no le gustan las loas y temo que se enfade. Porque resulta que, al igual que muchas personas de gran talento, Paulino es muy tímido, un tímido casi patológico. La mayoría de los que estamos aquí, conocemos su importante trayectoria como poeta, hemos leído su obra y sabemos que destila por los cuatro costados un profundo amor a su pueblo. Y ya sabemos que un artista da prestigio a su pueblo, es un lujo para su pueblo, y Paulino González es un grandísimo artista.
Paulino está pasando ahora una mala racha con la salud bastante debilitada, pero a pesar de ello, ha hecho un titánico esfuerzo para estar esta noche aquí entre nosotros. Y le veo animado, nervioso y bastante emocionado. Le deseamos que se recupere pronto, y que siga aportando su sensibilidad, sus conocimientos y su poesía a la vida cultural de nuestro pueblo… al que, por cierto, no le vendrá nada mal.
Reitero mi afecto y admiración a Paulino como artista y como persona de cuya amistad me honro. Gracias a todos por escucharme.
Ahora, ante ustedes, el poeta homenajeado, el poeta de La Puebla de los Infantes: Paulino González Jiménez, que les dirigirá unas palabras y leerá algunos de sus sonetos más íntimos y queridos. Recibámosle con un cariñoso aplauso.
Manuel Jiménez Márquez
Bloque V
Recitadas por el autor
PUEBLO MIO
Este es el pueblo donde yo he nacido
tan sabido del alma de memoria
que el corazón se pierde con su historia
por los mares sin fondo del olvido.
De amor y de dolor yo he aprendido
dentro de su frontera divisoria
y lo mismo mi pena que mi gloria
con agua de sus fuentes la he bebido.
Este es el breve espacio donde tengo
derecho a mis recuerdos, donde vengo
a soñar mi verdad y mi certeza.
Afuera existe el mundo pero es este
mi pueblo y casa donde al fin recueste
con el tiempo mi herida fortaleza.
HUERTAS
Huertas pronuncio, y al decir yo Huertas
la palabra desnuda se me crece,
se ilumina por dentro y me enardece
abriendo al corazón lejanas puertas.
Huertas pronuncio y eco me responde
en mí, por mis raíces y en mi vida.
Huertas suena a verdad que no se olvida
y es en mi evocación un cuando y donde.
Siempre que digo huertas se encabrita
mi sangre como un potro con la espuela
queriendo hacer caminos al instante
y algo vivo –muy vivo- me gravita
hacia arriba –muy alto-, donde vuela
mi añoranza sencilla de emigrante.
CALIDOSCOPIO
Aupado en brazos hasta la ventana
junto al postigo abierto de madera,
febril y helado, el niño ni siquiera
sabe quien es él mismo. Platigrana
la calle ancha hilvana y deshilvana
bengala, canto y flor de acera a acera:
Hay un calidoscopio astral por fuera,
por dentro asombro, duermevela y nana.
Aquel ayer huyó. Llegó el futuro
y con nieblas de olvidos alzó un muro
y perdió la memoria en la distancia…
Hoy que el niño no sabe lo que sabe
queriendo o sin querer busca la llave
que le abra aquel recuerdo de la infancia.
A LA CHITA CALLANDO
Cuando menos se espera, el dolor llega.
Es preciso llorar de vez en cuando
para que el corazón se vuelva blando
de cuando en vez, el llanto riega
nuestro campo interior. Calma y sosiega
hasta alegrarte por estar llorando
porque el dolor a la chita callando
es en la vida nuestro alfa y omega.
No hay que huirle al dolor de cada día
que el dolor junto al gozo es necesario
como lluvia de mayo en la sequía.
Si a la chita callando un martes trece
la negrura oscurece el calendario
el miércoles la luz reaparece.
Idea Original:
Grupo “Amigos de la Poesía” de La Puebla de los Infantes
Selección Musical:
Manuel Jiménez Márquez.
Montaje libreto:
Cristóbal Martínez Becerril.
Decorados:
José Manuel Romero Zalamea
Colaboradores:
Exmo. Ayuntamiento de La Puebla de los Infantes
Distribuciones Joaquín Molina Bravo S.L.
I.E.S. Celti
C.E.I.P San José de Calasanz
Caja San Fernando
Caja Rural
TÚ
(Plegaria)
Tú. Hija del Padre, María
Tú… y del Espíritu Esposa,
Tú. Madre de Dios el Mesías
Tú. Huerta florida y hermosa.
ESTRIBILLO:
Tú que eres Señora
y eres Mediadora,
Madre de Jesús;
déjame que a veces
cuando yo te rece (Bis)
te llame de TÚ.
Tú. María predestinada,
Tú. Eres la de gracia llena ,
Tú. Concepción Inmaculada,
Tú. Huerta y jardín de azucenas.
ESTRIBILLO.
Tú. Asunta al Cielo, María,
Tú… y coronada en la frente,
Tú. Causa de nuestra alegría,
Tú. Huerta en flor, Sellada Fuente.
ESTRIBILLO.
NANA DE LA HUERTA
I
Duérmete niño mío,
bajo la parra
cargada de racimos
de verde y ámbar.
Duérmete que tu madre
canta y vigila
en tanto los trigales
granan la espiga.
Estribillo único:
Sueña una espiga
sueña un racimo
sueña con la alegría
del pan y el vino.
Sueña con el granado
junto al almendro
sueña con el naranjo
y el limonero.
Sueña tu pueblo
verde de olivos,
sueña con los puebleños.
Duérmete, niño.
II
Duérmete niño mío,
bajo el granado
en granas florecido
junto al naranjo.
Duérmete que tu madre
canta una nana
y en la huerta las aves
con Ella cantan.
Estribillo.
III
Duérmete niño mío,
bajo el almendro
aunque por los olivos
ladren los perros.
Duérmete que tu madre
te canta mientras
Puebla de los Infantes
tu sueño vela.
Estribillo.