Estuvimos en Cantabria en agosto de 2012. Fue un viaje encantador en el que recorrimos esta comunidad y parte del País Vasco. Desde Córdoba a Burgos fuimos con unos amigos, con los que comimos en el asador Los Trillos, uno de los últimos restaurantes que todavía cocinaba el lechazo con leña. Después, seguimos ruta hasta Torrelavega, donde llegamos ya anochecido. Habíamos reservado en el hotel Besaya.
7 de agosto, Santillana del Mar, Comillas y Potes
El hotel era sencillo pero estaba muy bien situado para las visitas que íbamos a hacer, y se aparcaba fácilmente al estar junto a la estación. Temprano salimos hacia Altamira, museo y neocueva, donde teníamos entradas para las 9:30. Interesante el museo y el duplicado de las pinturas rupestres, como en el Museo Arqueológico Nacional, pero con más amplitud. Lamentablemente estaba prohibido hacer fotos.
Desde allí, fuimos a Santillana del Mar, donde visitamos un interesante museo diocesano y el claustro de la colegiata. También entramos en una retrospectiva de Ouka Leele. Seguimos viaje hasta Comillas, donde fue complicado aparcar. Comimos y caminamos hasta El Capricho de Gaudí, una maravilla. Y seguimos la ruta hasta el límite con Asturias. Ascendimos por la N-621, siguiendo el desfiladero de la Hermida, un paisaje increíble y unos pueblecitos de ensueño. Paramos en un colmado al borde de la carretera y compramos garbanzos, pequeños pero exquisitos. Estamos «entre Panes y Potes» y aquí nadie pasa hambre. Visitamos Santa María de Lebeña, en plena comarca lebaniega. Después de dar varias vueltas por Potes, regresamos a nuestro hotel.
8 de agosto, Santander
Esa mañana bajamos hasta Santander. Empezamos echando un vistazo en el Mercado de la Esperanza, ¡el pescado estaba vivo! Después fuimos a la Catedral de la Asunción, pero solo vimos la cripta. Es la única catedral que he visto con dos niveles superpuestos. Nos asomamos al mar, al paseo de Pereda, donde se construía el Centro Botín. También entramos en el mercado del Este, lleno de tiendas gourmet. Comimos y pasamos la siesta en la playa del Sardinero, después de intentar sin éxito aparcar cerca de La Magdalena. Por la tarde, antes de volver al hotel, entramos por fin en la catedral.
9 de agosto, Santoña
El jueves dejamos el hotel de Torrelavega y salimos hacia Bilbao, pero en el camino hicimos una parada en Santoña. El puerto estaba a tope, y en el mercado no faltaba ninguna clase de pescado. Paseamos por la calle del Almirante Carrero Blanco (que nació aquí en 1904) y vimos su impresionante monumento y el dedicado a Juan de la Cosa (que también era santoñés). Visitamos la iglesia medieval de Santa María del Puerto, del s. XIII, y volvimos al coche, impregnados de olor a anchoas y pescado fresco.