Baeza

Fuimos a Baeza en un puente festivo de 2006, pero al llegar, una cantidad desmedida de autobuses colapsaban los accesos a la ciudad, así que desistimos. En este nuevo intento, aunque también improvisado, todo estuvo mucho mejor.

12 de octubre de 2022 (mañana)

Llegamos a media mañana al Hotel Boutique Carmen, que habíamos reservado la noche anterior. Rosa, la recepcionista, nos atendió estupendamente y explicó sobre un plano donde estaban los principales monumentos y las mejores zonas de tapeo. Empezamos por acercarnos a la Plaza de España para subir al tren turístico que estaba a punto de salir. Nos llevó por la Plaza de España hasta la Puerta de Úbeda, después nos pasó frente a San Ignacio, rodeamos la plaza de toros y salimos al Paseo de las Murallas. Las vistas sobre el mar de olivos y el Valle del Guadalquivir eran sobrecogedoras. Por último nos cruzó por la Plaza de Santa María y regresamos a la Plaza de los Leones, desde donde habíamos partido.

Ya orientados, empezamos nuestro paseo. Entramos en la Antigua Universidad, donde impartió clases don Antonio Machado, y en la iglesia románica de la Santa Cruz. Después en el Palacio de Jabalquinto, con fachada y escalinata espectaculares, y por último en la Catedral y su museo. De allí bajamos al paseo —a los soportales de la Alhóndiga— para comer, empezando con los típicos ochíos, unos panecillos con aceite de oliva y pimentón rellenos de paté, embutidos, etc.

12 de octubre de 2022 (tarde y noche)

Después de descansar, volvimos a salir; la tarde estaba fresca y agradable, y los turistas habían desaparecido. Vagamos por el casco histórico, perdiéndonos por sus callejuelas. La Plaza de Santa María estaba casi vacía, y luego recorrimos todo el Paseo de las Murallas hasta la Plaza de Toros. Bajamos por San Pablo, donde nos encontramos a don Antonio Machado que leía en un banco, y llegamos hasta la que fue su casa, frente al Ayuntamiento. Después, volvimos al hotel y cenamos en el cercano bar El Torreón, ochíos, otras cosas y un sabroso mousse helado de melón. Para bajar las calorías dimos un paseo por la solitaria zona monumental antes de recogernos.

13 de octubre de 2022 (mañana)

Después de un sueño reparador y un desayuno de diseño —Rosa hacía apasionadamente su trabajo— salimos a descubrir el único monumento de la lista de los 10 imprescindibles que nos quedaba por ver: el Auditorio en las ruinas de San Francisco. No estaba abierto al público, pero un operario nos dejó asomarnos y pudimos disfrutar con la obra más interesante de Andrés de Vandelvira, antes de volver a Córdoba —parando unas horas en Jaén—.

La continuación de la escapada: Jaén

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