Casi todas las fotografías de este viaje por el noroeste de España, en julio de 2005, las hice con la Nikon D-70, aunque también tiré con una compacta Minolta. Algunas estuvieron en mi antigua web, pero hasta agosto de 2021 no las he organizado en esta página. El viaje duró 11 días en los que hicimos 9 etapas: Mérida, Ávila, Segovia, Valladolid, Oviedo (2 noches), Lugo, Santiago, Salamanca y Toledo. Fue un viaje para enriquecer mi archivo fotográfico —que luego usaba en las clases— y también para ir conociendo o profundizando en las maravillas de España.
Mérida, 19 de julio de 2005
Ya la conocíamos pero era un buen punto para hacer escala; teníamos una reserva en el Hotel Tryp Medea. Antes de que apretara el calor fuimos al teatro y al anfiteatro.
Después entramos en el Museo Nacional de Arte Romano, que había visitado otras veces; las fotos de 1989 se pueden ver en este enlace. El edificio diseñado por Moneo era espectacular y permitía una cómoda exposición, sin agobios, de la enorme cantidad de objetos, mosaicos y esculturas de los fondos del museo. Lo recorrimos tranquilamente y tomé bastantes fotos, como siempre, para mis clases. Me interesaban las infraestructuras, pinturas, esculturas y mosaicos. También fotografié amuletos, candiles, pasadores, agujas, lápidas, monedas… Hubo un momento especial cuando llegué a las joyas; aquellos anillos pertenecieron a hispanos que podían ser mis antepasados. Después bajamos a los sótanos y vimos los restos arqueológicos integrados al nuevo edificio, con unas pinturas muy bien conservadas. Para rematar la visita nos desplazamos a la iglesia de Santa Clara para ver la interesante colección de restos visigodos.
Museo Nacional de Arte Romano de Mérida
Finalizamos la mañana en el templo de Diana. Por la tarde fuimos a ver el acueducto de los Milagros; después nos refrescamos en el embalse de Proserpina y vimos el atardecer entre el puente romano y el Lusitania de Calatrava.
Ávila, 20 de julio de 2005
Se me ocurrió «cortar» por una nacional —además de para ver la calzada romana del Puerto del Pico— y atravesar Gredos se hizo infinito. Llegamos a Ávila y nos restauramos a base de patatas revolconas y chuletón. Después de una necesaria siesta en el Palacio Valderrábanos, salimos a descubrir la ciudad. Visitamos la catedral donde estaban prohibidas las fotos, y paseamos por el centro y la muralla. Entramos en el Convento-Museo de Santa Teresa —¡cuántos recuerdos de mis tiempos en el colegio del Carmen!— y dimos una vuelta en el tren turístico. Por la noche salimos otro rato, a la muralla. Y a la mañana siguiente, al salir para Segovia, paramos un momento en la iglesia de San Vicente.
Segovia, 21 de julio de 2005
A las diez y media ya estábamos en el interesante Museo del Vidrio de La Granja. A continuación visitamos el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso, una amalgama de construcciones superpuestas con muy buen gusto; en la Capilla de las Reliquias está el cenotafio de Felipe V y su segunda esposa, Isabel de Farnesio, que están enterrados en una cripta. Ya en Segovia vimos las iglesias de San Martín y la Trinidad, antes de entrar en la catedral. Estaban prohibidas las fotos, así que solo hice unas en el claustro. Después de comer fuimos al alcázar, uno de los castillos más bonitos de España. Tras un descanso en el Hotel Los Linajes, paseamos hasta el anochecer por la Casa de los Picos, la plaza del acueducto y la catedral.
Valladolid, 22 de julio de 2005
Dimos un rodeo para pasar por Peñafiel y ver su castillo, pero no pudimos entrar. Sí pudimos ver, aunque solo por fuera, el Convento de San Pablo, una joya mudéjar.
Llegados a Valladolid nos alojamos en el Hotel Olid. En primer lugar fuimos al Museo Nacional de Escultura, en el Colegio de San Gregorio, anexo al impresionante Monasterio de San Pablo. En nuestra visita, recorrimos las salas de escultura y pintura gótica. Después, las obras de Berruguete y Juan de Juni. Seguimos con Gregorio Fernández, máximo exponente del Barroco castellano. Había muchas tallas de otros maestros, Salzillo, Martínez Montañés, Diego de Siloé, Alonso Cano, Pedro de Mena… aunque no les hice fotos a todos. Me encantaron los dioramas de escenas taurinas de época. Pero sobre todo, disfruté con el excepcional Belén Napolitano, adquirido a unos coleccionistas madrileños. Para terminar, visitamos los pasos de Semana Santa, que temporalmente estaban expuestos en una nave cercana.

Por la tarde fuimos a la austera catedral y entramos en su museo, en el que hice algunas fotos. Aquella noche estuvimos por detrás del ayuntamiento, en unas tabernas en las que servían un cigales espectacular.
Oviedo, 23 de julio de 2005
Fue una ruta larga. Pasado el puerto de Pajares tuve que hacer varios cambios de sentido; quería visitar la iglesia prerrománica de Santa Cristina de Lena, que se veía cerca de la carretera, pero no daba con la entrada. Ya en Oviedo, nos alojamos en el Gran Hotel España, comimos y salimos a buscar más iglesias. Santa María del Naranco, antiguo pabellón de caza, estaba cerrada por obras; tampoco pudimos entrar en San Miguel de Lillo.
Me sorprendió el Museo de Bellas Artes de Asturias, en la Casa de Oviedo. Había obras de El Greco, Zurbarán, Ribera, Murillo, Carreño de Miranda, Goya, Miguel Jacinto y Luis Meléndez, Sorolla, Piñole, Valle, Aurelio Suárez, Luis Fernández, Picasso, Dalí, Miró, Tàpies y Barceló… Me encantó un apostolado de El Greco expuesto en una sala independiente muy bien iluminada.