Benaoján

Curso 1980-1981

Después de ganar una plaza en las oposiciones y hacer el servicio militar, Benaoján fue mi primer destino como maestro. Allí llegué el 8 de diciembre de 1980, día que murió John Lennon, después de varias horas en ferrobús. Por una empinada carretera, entre impresionantes canchales, subí al pueblo en una furgoneta de Correos. Tenía entonces 22 años…

Nunca podré olvidar la magnífica acogida que me dispensaron Pablo y Conchi. Volvían de dar un paseo y me invitaron a merendar. Después me prestaron todo lo necesario para pasar las primeras noches en una casa de maestros compartida. Al día siguiente, tomé posesión como tutor del primer curso de la EGB con más de 30 alumnos/as en lista. Entonces me di cuenta de lo poco que me servía haber hecho la carrera de magisterio y empecé como pude a enseñar y —sobre todo— a aprender. Para mi suerte, esta clase había hecho un buen preescolar y las chicas leían con bastante soltura. Con el paso del tiempo he olvidado muchos nombres. Otros vibran en mí como entonces: Beatriz, Esther, Aurora María, Paquita, Óscar, Santiago, Elisabeth, Victoria, Mari, Juan, Antonio, Isa…

Todas las fotos que tomé aquel curso en Benaoján están en la siguiente galería. Además de la clase, hice de 8º para carné, y del patio de recreo. También participé en una semana cultural con un carrete de paisajes y rincones. Y al final hay unas escenas del súper 8 familiar.

En julio del 81 nos casamos Pilar y yo. Después del verano tuvimos que hacer las maletas, ya que no había vacante y me habían destinado a Manilva. Pero volveríamos…

Curso 1982-1983

Volvimos a Benaoján, donde teníamos casa de maestros y muchos amigos. Esta vez entré en la Segunda Etapa de la E.G.B. Daba algo de Sociales, Francés y Pretecnología. Y seguí con mis inventos, con el apoyo decidido de Pablo y José Manuel. Pusimos en marcha una emisora de radio escolar de 1 watio de potencia y un circuito cerrado de televisión; en todas las clases instalamos monitores B/N conectados al video de la sala de profesores. Y lo más divertido fue un aula de informática con una docena de ZX 81, unos cacharritos con 1 K de RAM, totalmente pioneros de la informática.

Las fotos

En la galería que sigue, hay algunas fotos de las navidades y del patio en febrero, ya con mi primera  réflex. Muy especial para mí es la de Lina con su primo José Manuel; me acuerdo con detalle del día que se levantó en clase, tropezó con una mesa y se partió el pie. En consecuencia la llevamos a Ronda y volvimos tardísimo con una escayola puesta. También hay fotos del Cesta y Puntos, y de unas clases de Sociales en las que invitamos a algunos abuelos para que nos contaran sus vivencias. Sin duda, lo mejor de cada curso era la «semana blanca» que pasábamos esquiando en Sierra Nevada como viaje fin de curso de 8º.

También hay muchas fotos de las obras de Icarben, que entonces se llamaba CARBENCA, y de una nevada impresionante, además de la donación de instrumentos musicales que hizo la Caja de Antequera. Al final de la galería, unas tomas en súper 8 de la nevada y del fin de curso. Allí se me ocurrió tirar un rollo con la cámara sujeta a la bota durante un descenso (20 años antes del invento de la GoPro 😉).

Pasamos aquel el verano en la Colonia de Sabinillas y dimos una escapada a la feria de Benaoján para bailar con los coros y danzas 😳. De hecho me habían destinado a Fuente Pareja, y otra vez tuvimos que hacer las maletas, aunque con el firme propósito de volver.

El invierno de 1983

Curso 1983-1984

Aunque este curso estuve en la unitaria de Fuente Pareja, volvimos a Benaoján en varias ocasiones y pasamos la semana blanca en Sierra Nevada. Estas son algunas de las fotos que conservo.

Cursos 1984-1987

Durante esos cursos no paramos de hacer cosas en el colegio, instalaciones de todo tipo, decoración, cortinas y fluorescentes en las clases,  preparación de fiestas… También montamos entre José Manuel Ríos y yo un alumbrado navideño para la plaza del pueblo… ¡en qué nos vimos para tirar y colgar aquella maroma de cables!

Mientras tanto las colonias me absorbían, no solo los dos meses de verano, sino el resto del año. Me encargaba de muchas compras y preparaba los equipos de sonido y electrónicos. Por eso mismo tuve que diseñar y construir amplificadores de sonido y sobre todo secuenciadores de luces para las veladas y fiestas.

Por consiguiente, estos tres cursos son como un agujero negro… ¡No tuve tiempo de hacer fotos! Aparte de recuerdos familiares y un par de viajes –Paris en el 85 y Nueva York en el 86– solo tengo varias que hice de unos alumnos leyendo.

Finalmente, un día de marzo de 1987, don Pablo llegó a mi clase y me dijo: «te han dado en el concurso de traslados La Puebla de los Infantes, ¿sabes dónde está?» De este modo acabaron siete cursos —tan apasionantes como agotadores— de idas y venidas por la provincia de Málaga y se iniciaba un nuevo capítulo en mi vida laboral.

La historia continúa en…
Manilva 1981-1982

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